Madres y madres

Y ella era la reina de lo maternal, de ese amor incondicional. Era del tipo A-23, esas que dejaba los pies en la calle por dar de beber leche a sus pequeñas. Pero tenia tres crías malagradecidas, insolentes y sin corazón que la dejaban sin un quinto y no le decían ni hola ni adiós, a no ser que quisieran dinero, como siempre. Hasta que un día “ella”, se canso y tomo sus pocas prendas y marcho a un lugar feliz.

Y ella era llamada la “señora”, tenía siempre un rezongo a flor de piel, y no se contentaba con lo que exigía sino que siempre pedía más. Esta era pues, del tipo B-23Si un día era el baño el sucio al fin del día su furia aumentaba pues ya no era este el sucio luego de haber sido limpiado, sino que ahora le molestaba la cocina y las camas que no estaban estiradas.
Las pobres y atormentadas niñas escuchaban gritos por la mañana y por la noche, y no dormían tranquilas con tanto resonar en sus cabecita pequeñas de niñas sin sonrisa. Por las mañanas en la escuela sus cabecitas se iban cayendo poco a poco sobre el pupitre, hasta llegar al apreciado cuaderno que les servia de almohada. Así las calificaciones no podían eran buenas, por lo cual llegaban con malas notas y la señora aun mas se enfurecía, e incluso golpeaba a aquella que se atreviera a decir una sola palabra amenazadora. Y siempre era la misma la que habría la boca y ganaba un golpe doble, y así la señora podia quedar tranquila.
Y reclamaba todo el día por el dinero, y las encaraba diciendo que ella todo lo hacia para tenerlas bien y las nenas le pagaban mal. Y la señora era la “victima” de tres malvadas niñas cuyo pecado era solo ser hijas de la señora. Hasta que un día la señora tomo su pertenencias y marcho con un pelafustán a malgastar el dinero.