Tuesday, July 04, 2006

DonFlorencio

Enfundar las armas resulta conmovedor para Don Florencio, él vio crecer a sus pequeñas joyas, las vio envejecer, y ahora las ve moribundas y sin deseos de seguir en pie.
Las uso tanto cuando estaba en el viejo fundo, que difícilmente podría haber vivido sin ellas, lo acompañaron en tantas cacerías de malhechores, de ladrones de ganado, en trifulcas enemistosas que no podía evitar llorar. Llorar unas lagrimas secas, llorar lagrimas de cristal, que finalmente seria irreales.
Porque ahora que las ve desde su ataúd cubierto de tierra mojada por la intensa lluvia, quisiera poder tomarlas y darles el ultimo disparo, abrazarlas y dar el ultimo disparo, besarlas y dar el ultimo disparo, mojarlas de llanto y dar el ultimo disparo.

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